Las hormigas nos ven con temor y respeto,
Podemos aplastarlas con un solo dedo
Y a veces lo hacemos.
Pero en otras ocasiones, por descuido,
Las dejamos hacer su imperio de migajas y azúcar,
Hasta que un día arrasamos con todo a nuestro paso.
Para las hormigas, nosotros somos Dios.
Sergio Zurita.
Perdónenme, estoy ebrio y acabo de mear en un hormiguero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario